“No todo es lo que parece”.
A veces incluso nuestros sentidos nos engañan. Quizás porque, acostumbrados a creer todo lo que nos muestran los medios de comunicación, aceptamos sin objeciones sus contenidos como fiables. Es un hecho que los canales de noticias ofrecen un guión típico, dependiendo de varios factores. Enumero algunos:
-El color político de la cadena
-La época del año
-Los intereses de los patrocinadores
-Lo que esté de moda
-Lo que dicen las agencias de noticias
Por lo tanto nos están presentando lo que yo llamaría:
“La realidad sintética”
Se trata simplemente de ofrecer lo que al parecer nos conviene. Eso incluye noticias que no tienen ningún interés para la gente de a pié, anuncios repetidos hasta la saciedad que nos muestran productos milagrosos para no envejecer, coches maravillosos con los que podemos “correr” por las carreteras vacías (¿?) Bebidas que toman grupos de jóvenes y productos de todo tipo que realmente, no necesitamos para nada.
Todo y así, nos sentimos llevados a consumir lo que nos dicen, o peor todavía, queremos ser jóvenes y vivir las situaciones o poseer los “aparatos” que aparecen en esas imágenes.
Nunca te has preguntado, porque en los últimos años ha evolucionado tanto la tecnología, pero sobre en el ámbito de la “diversión” o “entretenimiento”. No será que es más fácil tener dominadas las masas a base de mantenerlas pegadas a programas que dejan mucho que desear, a los móviles, a las consolas… Por no decir la frustración que sentimos cuando nuestro sueldo no llega para poder comprarnos ese “gran coche” o la casa de nuestros sueños (con piscina), o aquello, o lo de más allá…
Os contaré un secreto: Nos están obligando a vivir una realidad inútil y sintética, las cosas que nos ofrecen, en el 90% de los casos no las necesitamos.
Leí una vez un texto en el que se decía: “Como es posible que los humanos tengamos que PAGAR para vivir en nuestro propio planeta”. Eso me lleva a hacerme algunas preguntas para las que nunca he encontrado las respuestas adecuadas.
El Sistema Monetario
Es la base y causa principal de todos los problemas existentes en el mundo. ¿No crees que exageras? Me preguntarás. Dime tú mismo si no es así. ¿Tienes hipoteca? ¿Préstamos bancarios? ¿Tarjetas de crédito? ¿Un sueldo que no llega para pagarlo todo? Si todas las respuestas a esas preguntas son afirmativas, estás atado de por vida al sistema esclavista moderno.
¿Por qué necesitamos un Sistema Monetario? Sencillamente para que la “élite” gobernante en la sombra, que no son solo los que nos gobiernan, mantenga un control sobre toda la humanidad.
El dinero crea clases y diferencias sociales además de frustración cuando no tenemos el suficiente y vemos que otros tienen más del que se podrían llegar a gastar en varias vidas. ¿Cómo nos podemos salir de esa esclavitud? No podemos. (Al menos por ahora). Para hacerlo tendrían que cambiar sistemas de creencias tan arraigados en nuestra mente genética, que de momento, salvo que un milagro ocurra está todavía lejos de ser una meta a corto o medio plazo. De momento es mejor dejar que unos pocos tengan el control de más del 50% del dinero que existe en el mundo.
Podemos aportar nuestro granito de arena no dando valor a las posesiones materiales, sobre todo aquellas que no necesitamos para subsistir. Con el tiempo nos olvidaremos de los préstamos y las tarjetas de crédito. Cuando se vive en equilibrio, la vida te aporta lo necesario para el funcionamiento diario.
Los sistemas religiosos
Estos sistemas se encargan de provocar en nosotros, la necesidad de buscar “fuera” lo que podríamos encontrar dentro de nosotros. Por una parte la religión nos dice que somos “pecadores” y que tenemos que someternos a la voluntad de de Dios. Sea la que sea. Para no caer en el “infierno”. La frase “Dios lo ha querido así…” para aceptar un hecho que nos causa dolor, es utilizada comúnmente. Nada más lejos de la realidad. En todo caso es el ser humano el que crea sus propias situaciones de dolor. El bien y el mal son las dos caras de la misma moneda, la polaridad es lo que nos hace imperfectos. La imagen que nos ofrece la Iglesia tampoco es un ejemplo a seguir que digamos. “Amaos los unos a los otros…”. Poco amor demuestra la iglesia cuando en los años que lleva en el poder se ha enriquecido aún a costa del resto de los creyentes. Si siguieran las palabras y hechos de su propio líder, Jesucristo, serían un iglesia pobre ofreciendo amor y compasión. No esa parafernalia de actos pomposos que solo engañan a los que tienen miedo a morir y lo que pueda suceder después si es que hay un “después”.
Los que han podido desligarse de los lazos de la religión pueden elegir la búsqueda espiritual, el agnosticismo o no creer en nada más que en el mundo material. El camino de la espiritualidad se basa en la evolución del ser humano hasta alcanzar un estado superior de conciencia o nirvana, incluyendo la posibilidad de vivir varias vidas para cumplir ese fin. Para ello se utiliza el método Maestro/Discípulo. En el que sin un maestro es imposible encontrar el camino ascendente que nos llevará a conocernos a nosotros mismos. Ese camino si bien es mejor que los otros, necesita que el alumno se “olvide” de su realidad y entorno y dedique toda su vida a su propia evolución. La búsqueda se centra fuera de uno mismo, en las enseñanzas y técnicas del Maestro, curiosamente para “encontrarse a si mismo”. Entonces lo lógico sería buscar en nuestro interior las repuestas.
Los sistemas de creencias heredados
Nuestros sistemas de creencias se basan en gran parte en lo que hemos leído o escuchado y que proviene de modelos de pensamiento heredados a través de los tiempos. Muchas de esas creencias son aceptadas simplemente porque lo dicen personas consideradas como autoridades en su campo. Sea religioso, científico o económico. Esa es una “programación” importante en nuestro sistema mental. Porque se nos puede hacer creer casi cualquier cosa cuando lo dice una persona con credibilidad suficiente. Por ello creemos a científicos, investigadores o gobiernos cuando nos dicen cualquier cosa que les permita seguir en la punta de la pirámide del poder.
El ser humano actual es el producto de un sistema de creencias obsoleto, por ello cada vez más las personas nos sentimos perdidos. Las respuestas que nos da la sociedad no son suficientes para resolver nuestros problemas o dudas y si observamos atentamente podremos encontrar muchas fisuras en el marco de actuación de la sociedad misma.
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Además de estos sistemas de control que actúan como “programas” de nuestro sistema mental existen otros muchos que nos obligan a vivir esta realidad sintética a la que estamos sometidos. Lo creamos o no, somos una sociedad manipulada, que vive un “sueño” o mejor una pesadilla. Debemos preguntarnos ¿porqué y para qué? Que sentido tiene todo lo que está pasando en estos días. Porqué existen todavía las enfermedades, el hambre, las clases desfavorecidas, la riqueza, la pobreza, la desigualdad, la violencia, las guerras.
Pero en algún momento deberemos despertar…